viernes, 5 de mayo de 2023

Grupos de plantas

Angiospermas

Las angiospermas son las plantas más abundantes y conocidas. Viven sobre todo en el medio terrestre, pudiendo ser también acuáticas. Tienen raíz, tallo y hojas y en una época determinada producen flores, que tras la fecundación se transforman en frutos con semillas.

Las flores de las angiospermas están formadas por varios elementos, aunque no siempre están presentes todos. En una flor, podemos distinguir las siguientes partes:

  • Pedúnculo: se une al tallo
  • Sépalos: pequeñas hojas exteriores que forman el cáliz. Suelen ser verdes, aunque a veces pueden ser de otro color o incluso no existir.
  • Pétalos: forman la corola. Pueden ser de colores vivos.
  • Estambres: corresponden al órgano masculino y se forma el polen (gametos masculinos).
  • Pistilo: es el órgano femenino. Tiene un orificio de entrada, el estigma, por donde penetran los granos de polen, y un largo tubo, el estilo, que comunica con el ovario, donde se producen los óvulos (gametos femeninos).

Para que se produzcan las semillas, es necesario que el polen de los estambres llegue al ovario. Cuando un grano de polen es transportado por el viento, el agua o los animales hasta la parte femenina de una flor, produce un tubito que llega hasta el ovario y fecunda un óvulo. Cada óvulo fecundado crece hasta formar una semilla. El ovario crece al mismo tiempo y forma el fruto (del Carmen et al., 2007).

Diversidad de flores

Las flores de las angiospermas son muy variadas, por lo que sus características son utilizadas con frecuencia para clasificarlas.

Hay flores que poseen solamente órganos masculinos; otras, solo órganos femeninos. Se las conoce como flores unisexuales. Otras muchas tienen órganos femeninos y masculinos, y se denominan hermafroditas. Las flores pueden estar aisladas, pero a menudo aparecen en conjuntos llamados inflorescencias. Las inflorescencias de las gramíneas son las espigas. Las compuestas (Asteraceae) poseen inflorescencias denominadas capítulos. Otras plantas, como la cebolla y el perejil, producen inflorescencias en forma de paraguas, llamadas umbelas (del Carmen et al., 2007).

Frutos y semillas

Los frutos y las semillas también adoptan diferentes formas, colores y tamaños. Todos los frutos están formados por un pericarpo que envuelve a una o más semillas. Cada semilla está formada por un pequeño embrión, sustancias de reserva y una cubierta protectora (del Carmen et al., 2007).

Gimnospermas

Las gimnospermas son un grupo de plantas formado exclusivamente por árboles y arbustos. Sus flores son unisexuales y son muy diferentes a las de las angiospermas: no tienen pétalos ni sépalos, por lo que son poco vistosas. No tienen fruto.

Aunque el número de especies de este grupo no es muy grande en la actualidad, a él pertenecen algunos de los árboles y arbustos más característicos, como los pinos o los cipreses. Efectivamente, estos pertenecen al grupo más conocido de gimnospermas, las coníferas. Tienen el tronco ramificado desde la parte baja. Sus hojas son pequeñas y generalmente en forma de aguja (como en los pinos y cedros) o de escama (como en los cipreses).

Los pinos son, probablemente, las coníferas más conocidas. Existen diferentes especies características de distintas zonas. Producen piñas (cuya forma y tamaño varía en las distintas especies) y resina (sustancia muy inflamable, por lo que arden con facilidad). Son árboles muy resistentes al frío y a la falta de agua, y crecen con rapidez. Por ello, se utilizan para repoblar bosques y, en las costas, para fijar las dunas, ya que sus raíces inmovilizan la arena, impidiendo su desplazamiento (del Carmen et al., 2007).

Pteridofitas: helechos y equisetos

Los helechos parecen a primera vista plantas con flores, ya que, al igual que estas, poseen raíz, tallo y hojas. Sin embargo, nunca producen flores y, por tanto, no se reproducen a través de semillas. Durante determinadas épocas del año, sus hojas, llamadas frondes, presentan en su cara inferior unos abultamientos. Son los soros o parte reproductora de la planta. En ellos se forman miles de diminutas esporas, mediante las que se reproducen.

En los equisetos, las hojas tienen forma de aguja, y están dispuestas horizontalmente alrededor del tallo. Al igual que los helechos, se reproducen por esporas formadas en el extremo de los tallos reproductores, que tienen el aspecto de un espárrago (del Carmen et al., 2007).

Briófitas: musgos y hepáticas

El suelo de los lugares húmedos y el tronco de algunos árboles suele estar cubierto de musgos, unos organismos de color verde brillante. Estos son plantas de pequeño tamaño, que carecen de verdadero tallo, verdaderas hojas y verdaderas raíces. En su lugar, poseen cauloides, filoides y rizoides. Se sujetan al suelo mediante unos pelillos que poseen en la zona inferior.

La reproducción se realiza mediante esporas, al igual que en las pteridofitas. Las esporas se forman en unas pequeñas cápsulas situadas al final de un filamento. Cuando se han formado, las cápsulas se abren y las esporas se dispersan, originando nuevos musgos.

Las hepáticas son otras briófitas que tienen unas características muy similares a las de los musgos. Viven en lugares húmedos o con agua, adheridos al suelo o a los troncos de los árboles. Carecen de tallos, hojas y raíces verdaderas y se reproducen por esporas. Sin embargo, su aspecto es distinto. Los filoides de las hepáticas son anchos y se disponen horizontalmente, en vez de tener forma puntiaguda (del Carmen et al., 2007).


Fuente:

del Carmen, L., Pedrinaci, E., Cañas, A., & Fernández, M. (2007). Ciencias de la naturaleza (Y. Hernández, J. San Isidro, & G. Violero (eds.)). SM.

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