El cormófito de este mes el el erígero del Canadá, hierba carnicera, zamarraga o Conyza canadensis.
Tras un parón (largo) de verano voy a intentar mantener el blog con vida, por lo menos esta sección. Lo he elegido por ser especie modelo del género Conyza, que engloba varias de las malas hierbas que más preocupan a nivel mundial.
Conyza pertenece a la familia de las compuestas o Asteraceae, una de las familias de plantas más diversas y caracterizada por tener inflorescencias compuestas de cientos o miles de flores diminutas, lo cual mejora enormemente la reproducción. Ya fue presentada esta familia en la entrada sobre el diente de león. En cuanto al género Conyza, engloba unas 50 especies incluyendo varias malas hierbas importantes.
C. canadensis es una herbácea anual (aunque en regiones templadas en las que ha sido introducida se comporta como bianual) de 30 a 180 cm de altura, así que es de tamaño muy variable. Su tallo verde es frágil, acanalado y erecto muy ramificado, con hojas lanceoladas y agudas. Las inflorescencias están agrupadas en racimos de capítulos florales numerosos y hemisféricos y forman, como es característico en la familia de las compuestas, una panícula compacta y alargada. El fruto consiste en unos poco vistosos vilanos que a su vez consisten en unas reducidas semillas adornadas de finísimas fibras blancas, muy eficaces para la dispersión con la ayuda del viento (1,2).
El nombre de la especie sugiere que es nativa de Canadá. Sin embargo, actualmente está extendida por todo el mundo. Se trata de una mala hierba que crece preferentemente en ambientes muy alterados y hábitats degradados, como cunetas de carreteras y canteras o campos de cultivo abandonados. Al estar extendida y naturalizada por gran parte del mundo, causando daños en los ecosistemas en los que es introducida, también se la considera una especie invasora (2).
La mayor parte de investigaciones sobre C. canadensis están orientadas, por tanto, a su control o su erradicación. Por una parte, los agricultores intentan eliminarla de los cultivos para minimizar pérdidas en el rendimiento y, por otra, las Administraciones de los lugares en los que C. canadensis está naturalizada y no es autóctona deben realizar un esfuerzo para erradicarla de los ecosistemas que ha "invadido" y evitar que sea introducido en otros. Sin embargo, el control de esta especie se hace especialmente difícil, debido sobre todo a dos factores:
- La dispersión de semillas es altísima. Si en marzo, cuando el cormófito del mes fue la amapola, hablábamos de que las 40.000 semillas por individuo la hacían muy difícil de controlar, C. canadensis produce 100.000 semillas por individuo, que se dispersan por el viento. Gran parte de estas semillas ni siquiera germinarán, pero basta que unas pocas crezcan adecuadamente y se reproduzcan para mantener el crecimiento de la especie.
- El control químico se hace cada vez más difícil. Se han encontrado poblaciones resistentes al glifosato, herbicida más usado a nivel mundial. Aunque por ahora no parezca que haya grandes problemas en cuanto a resistencia a otros herbicidas, el control químico solo es ampliamente viable en cultivos. Se han hallado poblaciones de C. canadensis en ecosistemas naturales o en restauración, incluso zonas protegidas o de especial interés. En esos casos, aunque el control químico sea capaz de erradicar la población invasora, se llevaría por delante poblaciones de otras muchas especies causando un mayor daño que beneificio al ecosistema. Esto es aplicable a otros métodos como mallas, etc.
1. Conyza canadensis [Internet].
Wikipedia, la enciclopedia libre. [cited 2020 Sep 30]. Available from:
https://es.wikipedia.org/wiki/Conyza_canadensis
2. Zamarraga (Conyza canadensis). Proy
Sierra Baza. 2020;255.
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